Las trampas de la ecología wilberiana

(Reseña del libro de Ken Wilber Integral Ecology, a cargo de Tomislav Markus)

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I. CONTENIDO Y METODOLOGÍA DE INTEGRAL ECOLOGY.

Integral Ecology se fundamenta en un optimismo injustificable y da unas esperanzas que no pueden materializarse.

La ecología integral es un campo emergente que aplica la Teoría integral de Ken Wilber a los estudios y la investigación medioambientales. El campo ha sido explorado, en los últimos años, por el teórico integral Sean Esbjörn-Hargens y el filósofo ambiental Michael Zimmerman. Los autores sostienen que el libro Integral Ecology (IE) trata de integrar más de 80 escuelas de ecología y de 70 escuelas de pensamiento medioambiental. Trata de integrar estos enfoques reconociendo que los asuntos medioambientales son el resultado de un observador usando un método concreto de observación para observar aspectos relevantes de la naturaleza. Esta fórmula postmetafísica, en opinión de los propios autores, se resume como Quién (el observador) x Cómo (el método de observación) x Qué (aquello que es observado).

Según el enfoque de los autores, Integral Ecology usa un marco compuesto de ocho cosmovisiones ecológicas (por ejemplo, la eco-gestora, la eco-holista, la eco-radical o la eco-sabia), ocho modos de investigación ecológicos (por ejemplo, la fenomenología, la etnometodología, el empirismo o la teoría de sistemas) y cuatro terrenos (es decir, la experiencia, los comportamientos, las culturas y los sistemas).  Los autores empiezan a partir del modelo TCTN (todos los cuadrantes, todos los niveles) de Wilber, con sus cuatro terrenos o dimensiones fundamentales: YO (subjetivo, intencionalidad, experiencia individual), ELLO (objetivo, comportamiento), NOSOTROS (intersubjetivo, cultura/ideas/cosmovisiones) y SUYO (interobjetivo, sistemas sociales y ecológicos). Los autores afirman que un enfoque integral significa que han de ser tomadas en cuenta las cuatro esferas a la vez, y no sólo las dos esferas objetivas como han hecho la ciencia moderna y muchos críticos de la modernidad (desde los románticos hasta los ecologistas radicales). Sin embargo, Integral Ecology hace un énfasis especial en las dimensiones subjetiva e intersubjetiva, incluso en cierta forma de misticismo de la naturaleza. Según el enfoque de los autores, la ecología integral es consecuencia de la muy frecuente demanda de que las dimensiones interiores humanas –experiencia personal y cultura- reciban el reconocimiento que se merecen. Para los autores,

“La Ecología Integral es el estudio de los aspectos subjetivos y objetivos de los organismos en relación con sus entornos intersubjetivos e interobjetivos a todos los niveles de profundidad y complejidad” (IE, 168-9, 173, 478).

Los autores afirman que la ecología integral está constituida por métodos de estudio de las partes subjetivas y objetivas de los organismos que están en relación con las partes intersubjetivas e interobjetivas de sus entornos. Esto significa que, para los autores, la ecología integral no busca una nueva definición de la ecología, sino que trata de encontrar una interpretación integral de la definición común de ecología. En esta ecología los organismos y sus entornos tienen “interioridad”. Los autores aseguran que la ecología integral también analiza las “etapas de desarrollo” en la naturaleza y los seres humanos. Esto incluye analizar cómo entienden la naturaleza gentes con diferentes cosmovisiones. Según los autores, la ecología integral trata de unir interpretaciones válidas procedentes de muchas y diferentes perspectivas en un marco teórico que también pueda tener un significado práctico. Según los autores, el marco básico de la ecología integral se basa en la teoría integral y en el modelo TCTN de Ken Wilber. “Integral Ecology es el resultado de muchos años de investigación explorando las muchas y diferentes perspectivas ecológicas y sus principales metodologías”. Los autores afirman que deben estar representadas muchas y diferentes cosmovisiones, desde las ciencias naturales y sociales, a la filosofía, pasando por la religión, las normas y valores culturales, etc. Esto es, creen los autores, crucial si queremos desarrollar soluciones adecuadas a los problemas medioambientales. En opinión de los autores, esto no es relativismo, ya que algunas perspectivas tienen más sentido y son mejores que otras.

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