La arquitectura de la naturaleza
Por J. M. Montoya, R. V. Solé, M. A. Rodríguez
El siguiente artículo merece la pena ser leído por dos motivos:
1. El artículo pone en evidencia las exageraciones, artimañas y desbarres de la llamada “ecología del caos” que afirma que los ecosistemas y sus dinámicas carecen de todo orden o estabilidad, ya que muestra que los sistemas ecológicos no son en absoluto agregados o series de sucesos completamente desordenados o aleatorios. El texto es una buena muestra de cómo los ecosistemas y los procesos ecológicos se organizan y tienen una estructura, un orden y cierta estabilidad. Y ya sólo por eso merece ser publicado y leído.
2. El artículo en realidad va más allá de la mera estructura de los ecosistemas, mostrando que existen una serie de reglas básicas comunes a la arquitectura de los sistemas complejos en general. Y esto es algo muy interesante e inspirador para aquellos interesados en eliminar el sistema tecnoindustrial debido a su inevitable incompatibilidad con la preservación de lo que queda de Naturaleza salvaje sobre la faz de la Tierra. Con frecuencia es habitual oír a mucha gente decir que el sistema tecnoindustrial no puede ser destruido, que es invulnerable a los ataques y que hablar de acabar con él no es sino una locura irrealista. Sin embargo, los sistemas complejos se organizan en forma de redes de “pequeños-mundos”, con los nodos distribuidos de forma potencial, lo cual hace que dichos sistemas sean vulnerables a la eliminación selectiva de nodos. Los autores hasta mencionan explícitamente los sistemas tecnológicos, poniendo incluso algunos ejemplos concretos. A buen entendedor…