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El siguiente texto nos pareció interesante no sólo porque toca el tema de la incompatibilidad entre desarrollo tecnológico y Naturaleza salvaje desde una perspectiva mayormente materialista y científica, es decir centrada en los factores físicos que son los que principalmente causan y determinan el desarrollo tecnológico y social, sino también porque muestra cómo ya en los años 80, había algunos individuos ecocéntricos que enfocaban su crítica a la sociedad tecnoindustrial desde este punto de vista en lugar de dejarse engatusar por los típicos enfoques idealistas centrados en priorizar las ideas y las creencias como causas determinantes del desarrollo tecnológico. Más en concreto, el autor se centra en la incompatibilidad termodinámica existente entre el desarrollo tecnológico y social y la preservación del carácter salvaje de la Naturaleza.

No obstante, el autor, a pesar de ir bien encaminado en general, muestra algunas influencias negativas del idealismo hippy imperante en los entornos ecologistas radicales norteamericanos de aquella época. Como cuando señala que el mundo real es “místico y poético”, sea lo que sea que signifique eso. O como cuando, a un nivel más profundo, parece sugerir al final del texto que todo se podría arreglar asumiendo una perspectiva científica “sistémica que reconozca el gran panorama de la biología, los límites establecidos por la termodinámica y, sobre todo, la unidad y paridad de todas las formas de vida”. Lo que no nos dice es cómo vamos a lograr que la sociedad en general no sólo asuma esa perspectiva más amplia y poco convencional, sino que la aplique congruentemente hasta sus últimas consecuencias (lo que inevitablemente implicaría abandonar el desarrollo tecnológico y social). Ni cómo, aún en el caso de que asumiese esa “nueva” perspectiva, la sociedad en su conjunto sería capaz de redirigir voluntaria y conscientemente su propio desarrollo en esa dirección. La solución no pasa por convencer al resto de la gente de nuestra forma de ver el mundo, sino por hacer que la sociedad tecnoindustrial desaparezca físicamente.

De todos modos, creemos que la lectura del artículo puede merecer la pena.