TechNo-Fix

(Reseña del libro de Michael y Joyce Huesemann, a cargo de Último Reducto)

Nota: aquí meramente aparece un fragmento inicial de la reseña. Para poder leer la reseña completa en formato pdf basta con hacer clic en el título del libro. 

 

La verdad es que lo mejor de este libro es su título, literalmente: “TecNo-Solución: por qué la tecnología no nos va a salvar, ni a nosotros ni al medio ambiente”, ya que el título del libro promete explicar mucho más de lo que el propio libro cumple en realidad.

Los autores, el matrimonio Huesemann, compuesto por un investigador científico “crítico” y una académica y activista social-medioambiental, han realizado un libro que, a todas luces, parece ser básicamente un collage hecho de trozos escritos de forma independiente por uno u otro de ambos cónyuges, sin mucha elaboración posterior para tratar de coordinar y hacer mínimamente compatibles todas las piezas entre sí. O dicho de otro modo, la coherencia lógica del libro en su conjunto brilla por su ausencia.

Eso sí, que el libro carezca de una congruencia lógica entre todas sus partes no impide que tenga un mensaje general que prevalezca sobre las demás ideas expresadas en él y que dicho mensaje se repita prácticamente a lo largo de toda la obra. El mensaje es: hay que reformar el sistema tecnoindustrial para que sea más “democrático” y menos “capitalista”. Con un mensaje central así, está claro de qué pie cojean los autores y qué cabe esperar de esta obra.

En cuanto a las ideas expresadas en él, el libro se puede dividir básicamente en dos mitades: una mediocre y la otra mala.

La mitad mediocre, concentrada básicamente en la mayor parte de las secciones de los primeros capítulos, es la única que tiene algunas ideas aprovechables (aderezadas -y con ello en gran parte estropeadas-, eso sí, con multitud de típicos tópicos izquierdistas y contraculturales) y está más relacionada con aquello que el título del libro sugiere. La mitad mala, concentrada sobre todo en los últimos capítulos, simplemente no hay por donde cogerla. Es de una “izquierdez” infumable.

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