Pero... ¿existe el deber moral de comer carne?
Por Kate McFarland
Introducción
Hay buenas razones para que los ecocentristas se opongan enérgicamente a la cría de animales para carne: la ganadería no es sólo un insulto a la autonomía de los animales, sino también un desastre ecológico. Sin embargo, como seguramente habrán ustedes notado, muchos de los que se oponen a comer carne se centran principalmente, si no exclusivamente, en la supuesta maldad de matar y comer animales per se. Podría decirse que tales argumentos se basan en una premisa falsa: yo niego que sea categóricamente malo matar y comer animales. En cualquier caso, desvían la atención de lo que considero que son unas razones más sólidas para condenar la ganadería, basadas en el holismo ecológico y el respeto por el carácter salvaje como tal.
En este post, utilizo una disputa entre Nick Zangwill (§1) y Gregory Tague (§2) como telón de fondo para situar mi propia oposición ecocéntrica a la ganadería (§3). De manera significativa, la mía no es una condena general del consumo de carne e incluso es compatible con un tipo muy diferente de argumento acerca de que comer carne puede ser moralmente bueno (§4), a la vez que aborda la objeción más obvia (§5). Por último, dada la popularidad de las acusaciones ad hominem de hipocresía, les hago a ustedes el favor de evitar tener que hacérmelas (§6).
También en este post revelo ser una persona desagradable en muchos sentidos. Ofendo a los carnívoros, pero también a los vegetarianos y veganos que creen que está mal matar animales. Y no me detengo ahí. Por el camino, sugiero (con diversos grados de seriedad) que no existe el deber moral de cuidar de los padres (§1), que es moralmente incorrecto tener mascotas (§3), que puede haber alguna duda persistente sobre si deberíamos comer personas (§5), que el suicidio es la mejor opción si estamos realmente preocupados por nuestra huella ecológica (§6), que todo está j*dido así que emborrachémonos y salgamos de juerga (§6) y más. Pero, oigan, ésta es mi fiesta y, si me da la gana, seguiré los argumentos adonde me lleven.
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