Nota: aquí meramente aparece nuestra presentación del texto. El texto completo puede leerse en formato pdf haciendo clic en el título del artículo. 

PRESENTACIÓN DE “¿ES LA NATURALEZA ALGO REAL?

El texto que presentamos a continuación es una respuesta más a las a menudo deshonestas críticas postmodernas contra el concepto de la Naturaleza salvaje.

Mucho de lo que dice el autor es muy acertado y oportuno, y esto es lo que hace que consideremos este texto digno de ser publicado. Sin embargo, como de costumbre, es necesario señalar al menos dos de sus puntos flojos.

El principal es que el autor (al igual que bastantes otros conservacionistas) es un jipi budista cuyas ideas contraculturales y su atracción por las filosofías "no occidentales" (léase “orientales”) impregnan, desgraciadamente, su, por lo demás, bastante atinado texto. La verdad, no todos tenemos tan claro como él que el budismo o el hinduismo sean referencias filosóficas útiles a la hora de defender la noción de lo salvaje o simplemente la existencia de la realidad objetiva; ni que en el fondo no causen a menudo más confusión y desequilibrios mentales que los que pretenden resolver (especialmente entre los “occidentales” que las adoptan para tratar de sentirse “diferentes”).

Visto lo anterior, no resulta sorprendente que el autor haga un llamamiento a “comprender el dolor y el malestar de la gente trabajadora en todas partes”, que poco tiene que ver con la temática del texto. El izquierdismo suele acompañar al jipismo. Sin embargo, la cuestión social (es decir, los problemas relativos a la justicia social, a la justicia e igualdad en las relaciones entre grupos e individuos humanos) es, por lo general, algo como mínimo completamente ajeno al problema de la destrucción y sometimiento de la Naturaleza salvaje por parte de la civilización. Eso, cuando no lo agrava con propuestas y fines humanistas y progresistas. Los valores y fines fundamentales de quienes se preocupan por la cuestión social suelen ser incompatibles con los de quienes se preocupan por la Naturaleza salvaje, aunque muchos de estos últimos, como el autor, no sean siquiera conscientes de ello.