Algunas verdades acerca de hacerse primitivo
Por Brent Ladd
Este artículo relata la experiencia personal de alguien que ha tratado realmente de vivir de forma primitiva en la época actual. El autor no es un teórico primitivista que hable de lo fácil y cómoda que resultaba la vida primitiva sin haber intentado nunca experimentar mínimamente dicho modo de vida o acercarse siquiera parcial y temporalmente a la Naturaleza. Esto es precisamente lo que hace que este artículo pueda ser considerado como mínimo interesante y, en cierto modo, respetable por todos aquellos que compartan el interés del autor por la Naturaleza salvaje y la vida primitiva.
De todos modos, para juzgar adecuadamente lo que se dice en este artículo es preciso tener en cuenta algunas otras cosas. La primera es que el autor del texto ya no vive de modo primitivo en la actualidad. Los lectores (especialmente aquellos que sepan inglés) pueden mirar las siguientes direcciones de Internet para hacerse una idea de la evolución seguida por el autor desde que escribió este artículo a finales de los 90 del siglo XX:
http://web.ics.purdue.edu/~laddb/
www.permacultureglobal.com/users/1779-brent-ladd
http://www.agreenerindiana.com/profile/BrentLadd
La segunda cosa que se ha de tener en cuenta es que, a pesar de que el autor relata sus experiencias de primera mano y de que en muchos casos no son precisamente idílicas, es posible que ello no impida que, de todos modos, caiga en la idealización de algunos de los aspectos del modo de vida primitivo. Descubrir dichas posibles idealizaciones será tarea de los lectores.
La tercera cosa importante a tener en cuenta para poder juzgar y entender en su justa medida el valor de este texto es que se refiere a la experiencia de un estadounidense, es decir, las circunstancias del autor y las de los lectores españoles seguramente sean muy distintas y hagan que muchas cosas que allí son factibles aquí sean irrealizables.
Y por último, la cuarta y quizá la más importante cosa que hay que tener en mente a la hora de leer este texto es que, si bien el interés por la Naturaleza salvaje y lo primitivo es un rasgo habitual (y probablemente imprescindible) en aquellos individuos no izquierdistas que sienten rechazo por la sociedad tecnoindustrial y por la civilización, lo contrario no es necesariamente cierto. No todos los amantes de la Naturaleza salvaje y de lo primitivo odian la civilización, ni siquiera la sociedad tecnoindustrial. O dicho de otro modo, por mucho interés personal que sientan por la vida primitiva y por la Naturaleza, la tarea prioritaria (tanto colectiva como individual) de aquellos que desean acabar con la sociedad industrial no ha de ser intentar volver a vivir ellos de un modo primitivo, preindustrial, o algo similar, sino tratar de crear y fortalecer un movimiento cuyo fin sea ayudar a la destrucción de la sociedad tecnoindustrial. A menudo, por desgracia, muchos confunden y mezclan ambos fines, sin ser capaces de diferenciarlos.