La naturaleza salvaje y el poblamiento humano

Por David Johns

Nota: aquí meramente aparece nuestra presentación del texto. El texto completo puede leerse en formato pdf haciendo clic en el título del artículo". 

Presentamos a continuación la traducción del texto “Wilderness and Human Habitation”. El autor trata de refutar en él algunas críticas habituales acerca de la idea de lo salvaje. Lo hace desde una perspectiva de respeto y devoción hacia la Naturaleza salvaje, demostrando que en muchas ocasiones lo que ocurre con los críticos no es sólo que no compartan dicho valor, sino que directamente no entienden (o no quieren entender) qué es lo salvaje.

Por otro lado, también hemos encontrado en el texto varios fallos ideológicos. El más importante que vemos en este artículo es la idea voluntarista de que promoviendo un cambio en los valores de los seres humanos (por ejemplo, promoviendo el respeto hacia la Naturaleza) puede reformarse la sociedad tecnoindustrial convirtiéndola en algo compatible con lo salvaje. De hecho, como ya hemos dicho otras veces, ni siquiera un cambio en las tendencias demográficas humanas actuales (hacia una disminución de la población) sería por sí solo algo bueno para lo salvaje, a no ser que ese cambio demográfico vaya acompañado de una reducción en el nivel tecnológico, cosa que no se menciona para nada en el texto, ni la suelen tener en cuenta quienes critican el crecimiento demográfico humano. Todo esto es muy preocupante, porque centra la atención de aquellos que aman la Naturaleza salvaje en metas que en realidad a largo plazo no ayudan a preservar lo salvaje.

También es cuestionable que las culturas cazadoras-recolectoras estuvieran tan integradas en su entorno como dice el autor. Aunque los daños que los cazadores-recolectores y otras culturas primitivas podían causar en el entorno resultan insignificantes al lado de los efectos que la sociedad tecnoindustrial actual tiene en la biosfera, eso no significa que dichos daños no existieran nunca, sino sólo que eran de una magnitud muy inferior a la actual.

Además, también es cuestionable que ciertos tipos de gestión, como la restauración de ecosistemas, por muy cuidadosos que sean, no escondan realmente el mismo mal que se pretende combatir. ¿Es en realidad el ecosistema que surge después de un caso de “restauración” algo parecido a lo que había originalmente (con las mismas funciones y procesos ecológicos) o una chapuza fruto de la típica creencia humana de que se puede hacer algo bueno por la naturaleza interviniendo en ella? A menudo la arrogancia ingenieril y la ignorancia de los gestores y recuperadores de ecosistemas (algo en gran medida inevitable en sistemas y procesos complejos y dinámicos, como los ecológicos, que son en gran parte impredecibles y es imposible conocer todos sus detalles) les lleva a realizar intervenciones que agravan aún más los problemas en vez de solucionarlos. Por ejemplo, introduciendo nuevas especies exóticas con el fin de controlar a otras especies invasivas y al final acabar dañando a las especies y ecosistemas autóctonos en lugar de a las especies alóctonas. Véase, por ejemplo: https://www.lavanguardia.com/natural/20160311/40362282588/conejo-australia-plaga.html.

De todos modos, a veces la restauración es mejor que nada, aunque el resultado nunca sea exactamente lo mismo que lo que había (es imposible que llegue a serlo; por esto la destrucción de  especies, ecosistemas y procesos salvajes es tan grave, ya que en realidad es en gran medida irreversible e irrecuperable). A veces, la degradación es tan grande, que sin algo de ayuda el ecosistema no se puede recuperar por sí mismo (o tardaría muchísimo: miles o millones de años; lo que viene a ser lo mismo, porque para entonces las condiciones han podido cambiar tanto que nunca llegue a haber de nuevo un ecosistema con una estructura y funcionamiento similares en esa zona).

De todos modos, esto son sólo “soluciones” técnicas, concretas y a corto plazo que, en realidad y demasiado a menudo, desvían la atención y las energías lejos del problema fundamental: la incompatibilidad intrínseca entre el mantenimiento y desarrollo del sistema tecnoindustrial y la preservación de la Naturaleza salvaje sobre la Tierra a largo plazo y gran escala. Si la sociedad tecnoindustrial sigue adelante, los esfuerzos por preservar y restaurar ecosistemas y especies salvajes concretos serán vanos a largo plazo, ya que la destrucción, degradación y sometimiento de los mismos continuarán a medida que el sistema tecnoindustrial necesite espacio, energía y materia para crecer (o simplemente para mantenerse). A largo plazo y de forma general, lo único que puede servir para salvar lo salvaje es la desaparición del sistema tecnoindustrial.