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El valor del texto que presentamos a continuación radica en que es un ejemplo de interpretación materialista y científica de las relaciones entre los grupos humanos y su entorno. El autor muestra con datos y ejemplos la falsedad de la imagen del “indio ecologista” y cómo lo que realmente determinaba y limitaba la ecología de los pueblos primitivos eran las condiciones físicas (tipos de ecosistemas y especies disponibles, climatología, nivel de desarrollo tecnológico, demografía, biología humana, etc.) y no las creencias y valores culturales. Éstos últimos eran más bien producto de las condiciones materiales, no su causa.

Por desgracia, a pesar de su enfoque predominantemente materialista y científico, el autor cae en la ingenuidad idealista de albergar la esperanza de que la ética ecológica juegue un papel primordial en la conservación actual y futura de la Naturaleza. La pregunta que se nos plantea entonces es, si la ética jugó un papel secundario o incluso inapreciable respecto a los factores materiales a la hora de determinar y restringir las relaciones entre los seres humanos primitivos y su entorno, ¿por qué la situación habría de ser diferente hoy en día o en un futuro? ¿Por qué los factores materiales, como el nivel tecnológico disponible o la población humana, habrían de ceder su predominio frente a la ética y la cultura no material? ¿En qué se basa dicha esperanza? Si a los humanos primitivos la ética conservacionista no les sirvió para preservar la Naturaleza (en el supuesto de que realmente mostrasen dicha ética), ¿por qué habría de servirnos a nosotros hoy? El mundo sigue siendo predominantemente físico y los seres humanos, en el fondo y al menos de momento, seguimos siendo humanos. Si algo puede salvar lo que queda de Naturaleza salvaje no va a ser exclusiva o principalmente una ética conservacionista (por loable que ésta sea), sino más bien un cambio profundo y radical en los factores físicos que tanto en el pasado como en el presente y en el futuro son los que siempre han determinado y seguirán determinando la relación entre las sociedades humanas y su entorno.