La distribución de la biomasa en la Tierra
Por Yinon M. Bar-On, Rob Phillips y Ron Milo
Nota: aquí meramente aparece nuestra presentación del texto. El texto completo puede leerse en formato pdf haciendo clic en el título del artículo.
El texto que presentamos a continuación muestra de forma aproximada la distribución de la biomasa en la Tierra en la actualidad y la compara en algunos aspectos con la que parece haber existido tiempo atrás, cuando la presencia de nuestra especie en el planeta era mucho menor. Es decir, el texto muestra con multitud de datos como el desarrollo de los sistemas sociales humanos complejos ha supuesto un retroceso o degradación de múltiples eslabones en las cadenas tróficas, medido en esta ocasión por medio del peso (de carbono) del conjunto de los organismos vivos, lo que suele denominarse “biomasa”. Este es el motivo para traducir y publicar este texto.
Como los autores del texto nos dicen, uno de los aspectos en los que más parece haber cambiado la biomasa en el planeta Tierra debido al impacto de los sistemas sociales humanos complejos es en la abundancia de los mamíferos:
En la actualidad, la biomasa humana (≈0,06 Gt C; Apéndice IS, Tabla S9) y la biomasa del ganado (≈0,1 Gt C, dominada por el ganado vacuno y porcino; Apéndice IS, Tabla S10) superan con creces a la de los mamíferos salvajes, cuya masa es de ≈0,007 Gt C (Apéndice IS, Tabla S11).
Pero el propio texto también advierte que:
Aunque los seres humanos y el ganado dominan la biomasa de mamíferos, son una pequeña fracción de los ≈2 Gt C de biomasa animal, que comprende principalmente a los artrópodos (≈1 Gt C; Apéndice IS, Tablas S13 y S14), seguidos de los peces (≈0,7 Gt C; Apéndice IS, Tabla S15).
A lo que podríamos añadir que, a su vez, como el propio estudio muestra, la biomasa de los animales parece ser una pequeña fracción de la biomasa total, dominada por las plantas (aunque también la biomasa de las plantas ha sido modificada en muchos lugares por los seres humanos). Incluso los hongos y las bacterias parecen tener una biomasa total varios órdenes de magnitud por encima de los seres humanos y sus animales domésticos.
La humanidad ha modificado la composición de la biomasa terrestre de forma notable en algunos aspectos y lo hace cada vez en mayor grado, sí, pero eso no significa que lo salvaje haya desaparecido: buena parte de la Naturaleza en la Tierra -sus elementos constituyentes y sus procesos- sigue siendo autónoma (salvaje) y sigue teniendo un peso importante en el devenir de la vida en el planeta, mucho mayor que el de la humanidad en algunos aspectos, a juzgar por estudios como el que presentamos aquí. Sirva esto como recordatorio de la realidad a aquellos que asumen, para mal (es decir, para justificar la gestión de la Naturaleza) o para ‘bien’ (es decir, con pesar pero acríticamente), la idea de que en el llamado Antropoceno la biosfera está ya completamente alterada y controlada por el ser humano y ya no queda nada salvaje que preservar.
Por último, queremos advertir que los datos de este texto sólo deberían tomarse como una somera aproximación a la realidad (quizá la mejor aproximación hasta la fecha, pero una aproximación al fin y al cabo). El motivo es que, como puede verse en el apéndice del texto, donde explican la metodología utilizada para obtener los datos, existen lagunas de conocimiento sobre muchos grupos de formas de vida que los autores han “paliado” con suposiciones “aproximativas” (es decir, con métodos poco científicos). Un ejemplo: ante la falta de estudios sobre la biomasa de diversos órdenes de especies en lugares como el subsuelo profundo marino o terrestre los autores han supuesto que la abundancia de ciertos organismos en esos lugares es un porcentaje de la abundancia de esos mismos organismos en capas más superficiales, algo bastante arbitrario.